domingo, 11 de junio de 2017

ORIGEN DE LA RAZA HUSKY


ORIGEN DE LA RAZA HUSKY
Aunque en su origen fueron utilizados como animales de tiro en zonas de clima extremo por su velocidad y resistencia, hoy en día es muy habitual su presencia en muchos hogares. Su aspecto y, sobre todo, su mirada, impresiona; su parecido con el lobo le otorga una belleza y serenidad inigualable; y su buen carácter hace de ellos un tipo de mascota excepcional para toda la familia.


Origen y evolución de la raza

El desarrollo de la raza comienza en la tribu de los Chukchis, pobladores del noroeste de Asia. Debido a las condiciones climáticas y a la cercanía de otras tribus no amistosas, los Chukchis necesitaban la ayuda de un perro con una gran velocidad y fuerza para tirar de sus trineos. Así pues, adoptaron a los Husky Siberiano, y de ellos dependía gran parte de su supervivencia.

Fueron los primeros criadores de esta raza en el verdadero sentido de la palabra, aunque sus métodos no eran muy ortodoxos. En su sociedad no era posible alimentar bocas inútiles: se mantenía con vida sólo a las hembras más vitales. La mayoría de los machos eran castrados y, después de la primera selección de caracteres y conducta, los sujetos descartados eran eliminados.


Elegían a los perros basándose en su conducta en el trineo y no en su apariencia física: debían ser pequeños y veloces, con una resistencia extraordinaria y en condiciones de afrontar cualquier recorrido.
En 1910 se apuntaron tres equipos de carrera en el All Alaska Sweepstakes, un evento que cubría 408 millas desde Nome a Candle. Dos de estos equipos obtuvieron premios, ocupando el primer y segundo lugar. Esto generó un gran impulso a la raza, y durante la siguiente década la popularidad del Husky Siberiano creció, convirtiéndose en la gran estrella del tiro de trineo.

En 1925, la ciudad de Nome fue devastada por la difteria. Un equipo de tiro de Husky Siberiano, comandado por Leonard Seppala, logró recorrer una gran distancia en busca del suero, y gracias a ellos, pudo salvarse la vida de muchos habitantes del lugar. Aún hoy, en Nome, rinden homenaje a este hombre y sus perros.

En 1930, el Siberian Husky fue reconocido como raza por el American Kennel Club, y en la actualidad es muy popular en todo el mundo y participa activamente en todos los deportes de tiro con perros.

 

Estándar de la raza

El Husky Siberiano es un perro de talla media, de aspecto general activo y ágil y de movimiento fácil y elegante. Su cuerpo es moderadamente compacto y está bien provisto de pelo. Su movimiento es fluido aparentemente sin esfuerzo. Es capaz de desarrollar su función de perro de trineo tirando durante largas distancias de una carga ligera a velocidad moderada.

Las proporciones y la forma de su cuerpo reflejan un equilibrio entre fuerza, velocidad y resistencia. Los machos son masculinos pero nunca toscos, las hembras son femeninas pero sin debilidad de estructura. En buenas condiciones, con músculos sólidos y bien desarrollados, el Husky Siberiano no debe tener peso superfluo.

El cráneo es de talla mediana en proporción al cuerpo, y el hocico es de igual longitud que el cráneo. La trufa debe ser negra en perros grises y negros, color hígado en perros cobrizos y de color carne en perros completamente blancos. Los ojos poseen forma de almendra, moderadamente separados y situados algo oblicuamente; pueden ser marrones o de color azul, uno de cada color, o coloreado en parte. Las orejas son de talla mediana, en forma triangular, ajustadas e implantadas altas sobre la cabeza; están bien pobladas de pelo, arqueadas en la parte posterior y firmemente erectas.

Los machos deben tener una altura entre 53,5 y 60 centímetros; las hembras tendrán una talla entre 50,5 y 56 centímetros. El lomo es derecho y fuerte, con un mismo nivel desde la cruz a la grupa, de longitud media.


La cola está cubierta de pelo parecido al del zorro, y se sitúa ligeramente bajo la parte superior del lomo. Normalmente, es llevada sobre la espalda en forma de una elegante hoz curvada cuando el perro está atento; también es normal que la cola cuelgue cuando el perro está en reposo. Tanto las extremidades anteriores como las posteriores están moderadamente separadas y paralelas.

Cualquiera que sea el color de Husky Siberiano, debe tener un pelo formado por un doble manto de mediana longitud, que le da una apariencia bien cubierta sin ocultar la silueta definida del perro. El subpelo es suave y denso y de suficiente longitud para soportar el pelo externo. Éste es recto y algo liso y apretado, nunca áspero, ni parte visiblemente del cuerpo. Es normal la ausencia de subpelo en la época de muda.


Carácter voluntarioso y amigable

El Husky, principalmente en los inicios de la raza pero también hoy en día, es un animal de trabajo, destinado como animal de tiro de trineos, donde sobresale por sus resultados. Su selección fue durante muchos años en este sentido y no en habilidades como la guardia o la caza que, lógicamente, son patrimonio de otras razas. Por eso, cuando se adquiere un ejemplar de Husky, no hay que pensar que podrá cuidar de la casa o que servirá para la defensa del dueño.


En la mayoría de los casos, estos perros ni siquiera saben ladrar, cualidad que se debe considerar como una virtud. Si alguna vez increpa, gruñe o aúlla a alguna persona, se debe a que su aspecto, vestimenta, movimientos o maniobras le sugieren un cierto nivel de incertidumbre o miedo.

A pesar de su excelente olfato, tampoco es un perro con aptitudes para la caza, si bien es muy posible que sea capaz de practicarla en su propio provecho, pero no para su dueño.

El temperamento característico del Husky Siberiano es amable y amistoso, pero al mismo tiempo atento y curioso. No muestra las cualidades posesivas del perro de guardia ni es excesivamente desconfiado con los extraños, ni agresivo con los demás perros. En el perro adulto se puede hallar cierta reserva y dignidad. Su inteligencia, docilidad y disponibilidad hacen de él un compañero amable y un trabajador generoso. Pese a tener cierta fama de independiente no es desapegado.

El período de tiempo que requiere esta raza para el aprendizaje es mayor que el que precisan otros perros. Es muy importante que todas las actividades de su adiestramiento se inicien desde que es un cachorro, con cuatro o cinco meses de edad. El primer paso es obtener el nivel de obediencia que se desea: lo primero que se debe lograr es que acuda a su dueño cuando se le ordene; no es fácil, pero tampoco imposible. Para que haga todo lo que se le pide, la mejor solución es utilizar el sistema de premios y castigos.


Cuidados básicos

Cuando es un cachorro, hay que acudir al veterinario para que proceda a su vacunación y que explique al dueño las pautas para la desparasitación periódica y le indique los posibles tratamientos, revacunaciones, plazos, etc. Si es un especialista en perros, podrá indicar, además, los defectos o virtudes que su ejemplar posee, así como algunas imperfecciones que quizá puedan ser corregidas. Por otra parte, también es necesario administrar periódicamente a la mascota un producto que le libere de pulgas y otros ectoparásitos.

También son necesarios los juguetes y un cepillo de púas metálicas, con el que habrá de cepillarle periódicamente desde el principio ya que, si no se hace así, es posible que haya que perseguirle después para hacerlo. Es imprescindible, además, un collar y una correa a medida. Esta raza no ofrece resistencia cuando se le pone, aunque a la hora del paseo, lo más habitual es que sea el perro el que tire del dueño y no al revés.

En cuanto a la higiene, esta raza destaca por su limpieza. Si se baña habitualmente, los productos utilizados eliminan una serie de elementos naturales del pelo (grasas, lanolina etc.) que son los que le protegen contra la propia suciedad, por lo que los baños habrán de ser muy esporádicos. Con lo que sí habrá que tener especial cuidado es con la parte interior de sus orejas, que requerirán de vez en cuando una somera limpieza con un paño húmedo.


Alimentación y ejercicio

El Husky come de todo: productos lácteos, carnes y huesos de cualquier tipo, pescados, frutas y verduras. Las necesidades alimenticias varían según el tamaño y el sexo: en los machos, en ración de mantenimiento van de 1.250 a l.500 Kcal. diarias y en las hembras de 1.050 a 1.350. Estos valores se consideran suficientes para los ejemplares que viven en un clima templado y que no están sometidos a trabajo de tiro.

El suministro de complejos mineral-vitamínicos en determinados estados fisiológicos (cachorros, estado de gestación, lactancia) es de extrema importancia para un normal desarrollo físico. No debe olvidarse tampoco complementar la dieta con aceites vegetales ricos en ácidos grasos insaturados. Tanto las vitaminas como los minerales, los aceites vegetales y todos los componentes alimenticios, no deben suministrarse nunca en dosis excesivas.

El ejercicio es imprescindible para el correcto desarrollo del ejemplar. No importa el tipo de terreno ni la climatología, ya que se adapta a todos los entornos. Si se puede, hay que hacerle correr. Sin grandes dificultades puede alcanzar una velocidad de 20 km. por hora sin que le suponga un enorme esfuerzo.

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